Explicación, comprensión, interpretación
Explicación:
Modo de dar razón de los fenómenos naturales por medio de leyes que establecen
conexiones constantes entre estos.
Comprensión:
Modo de dar razón de las acciones, instituciones y obras humanas a partir de las
creencias e intenciones que les confieren sentido.
Las leyes científicas establecen relaciones constantes
entre fenómenos observables: siempre que ocurre “x”, ocurre “y”. Estas relaciones
son a menudo de tipo causal: el fenómeno “x” causa o produce el fenómeno “y”. Este
modo de explicación es característico de las ciencias naturales, y, como veremos
inmediatamente, hay razones para pensar que es insuficiente en el ámbito de las
ciencias humanas.
Entre muchos filósofos y teóricos de la ciencia, existe
la tendencia a aplicar en las ciencias
Humanas
el modelo explicativo propio de las ciencias naturales. Esta tendencia se observa
con claridad en ciencias como la economía, la sociología e incluso la psicología.
El deseo de aplicar a las ciencias humanas el tipo de
explicación propio de las ciencias naturales es comprensible: después de todo, las
ciencias naturales han logrado un grado de exactitud y de desarrollo
extraordinarios; de ahí que se piense a menudo que las ciencias humanas alcanzarán
el mismo tipo de desarrollo si se aplica en ellas el modelo explicativo de las ciencias
naturales. Sin embargo, entre el objeto de las ciencias naturales y el objeto de
las ciencias humanas existe una diferencia fundamental. Cuando explicamos mediante
leyes la caída de una piedra o la relación entre la presión y el volumen de un
gas (ideal) a temperatura constante, no nos preguntamos para qué actúan de ese
modo las piedras o las partículas de los gases, qué sentido tiene su comportamiento.
Por el contrario, cuando estudiamos las acciones, las instituciones y las producciones
de los seres humanos, nos parece necesario comprender su sentido.
Ya en el siglo pasado, Dilthey decía: “Explicamos la naturaleza,
comprendemos el espíritu”. (Las ciencias humanas solían denominarse por entonces
“ciencias del espíritu”). La diferencia consiste, en último término, en que, para
comprender las acciones humanas, así como las instituciones y las producciones culturales
(obras de arte, etc.), es necesario tener en cuenta las intenciones y las creencias
en que se basan. La acción humana y los productos culturales son intencionales,
tienen sentido.
Esta distinción entre “explicar” y “comprender” continúa
siendo objeto de debate en la actualidad. Respecto de este tema conviene tener en
cuenta las siguientes consideraciones:
1.
Hay autores que consideran que en las ciencias humanas hay que aplicar el
modelo de explicación propio de las ciencias naturales. Estos autores,
evidentemente, sostienen que la distinción entre “explicar” y “comprender” no
es suficiente para reclamar un método de explicación propio y distinto para las
ciencias humanas. No existe, a su juicio, más que un método científico y una
forma de explicación: establecer leyes generales que conecten entre sí fenómenos
observables (leyes que, a su vez, se integrarán en amplias teorías).
2.
Por el contrario, hay otros autores que exigen métodos distintos para cada uno
de estos tipos de ciencias. La comprensión exige procedimientos ajenos al método
de las ciencias naturales. El método propio de la comprensión se denomina
hermenéutica o método hermenéutico. Los autores de orientación hermenéutica han
subrayado que la comprensión se lleva a cabo siempre desde un determinado horizonte,
el horizonte en el cual se halla situado el que quiere comprender: así, hemos de
comprender otras culturas desde el horizonte de nuestra propia cultura; hemos de
comprender acciones, instituciones, obras (arte, textos literarios, etc.) del pasado
desde nuestro presente. Esta situación se denomina círculo hermenéutico: la comprensión
(plena) se lleva a cabo desde una cierta comprensión previa (pre-com prensión)
inicial que nos viene dada por nuestra propia situación cultural. Por ello, la
comprensión se basa siempre en la interpretación.
T. Calvo Martínez
y J.M .Navarro (eds.), Filosofía, Anaya, M adrid,2002,Págs.36-37.
Muchas gracias! Necesitaba clarificar un poco más. :)
ResponderEliminarMuchas gracias, este tema me quedaba un poco dificil de entender y ya se me hace más facil
ResponderEliminarMuy clara la manera de hacerlo todo lo complejo en sencillo, ya decía algún pensador, que la claridad es la cortesía del filósofo. Saludos desde Lima
ResponderEliminarMe sumo al agradecimiento. Llevaba pegándome con esta diferencia desde hace tiempo. Esto es lo mejor de la Web. Gracias
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarbuenas... me podrían decir por favor los principales promotores de la explicación vs la comprensión en la psicología?
ResponderEliminargracias...